5 – Las Sirenas.

En ocasión de preparar mi último libro “Los senos en el arte y en la historia” hago una referencia a este tema de las Sirenas y me ocupo del mismo, y en esta ocasión, para esta Sección del Arte, complemento con otras consideraciones e imágenes.

Su origen lo fue en el Mito y lo fue en La Odisea de Homero presentándolas como unas criaturas marinas con cuerpos de pájaros y rostros de mujer y, descriptas y en esto su fascinación, como seres seductores que atraían a los marineros a los que encantaban con sus melodías.

Plinio el Viejo, en Historia natural (77) las tenía como “Aves fabulosas”.

La escena clásica lo es presentando al héroe Ulises quien, navegando en aguas peligrosas controladas por estas criaturas, se enfrenta a la tentación de los cantos de las sirenas, de allí el tomar “el canto de sirena” como algo de tentación y en sentido negativo, y ello hace a la dualidad de enfrentarse al peligro al aceptar ese canto seductor, erótico, y por ello, como mensaje final del mito lo es el que se debe estar precavido a las falsas tentaciones que solo acarrean el peligro.

Así Homero destaca el poder de seducción y la amenaza que representan para aquellos que sucumben a su canto, y en el Mito, Ulises se resiste y se hace atar al palo mayor del navío para evitar caer en esa tentación de las sirenas que lo acosaban y pretendían hacerlo estrellar.

Representaciones antiguan dan a las Sirenas con cuerpo de ave y cabeza de mujer.

Ovidio en su Metamorfosis, toma el mito de Homero y describe a Las Sirenas de una gran belleza y a sus cantos melodioso y seductores.

 “Ven, ¡Oh ilustre Ulises!, alta gloria de los aqueos.

Detén tu nave a fin de que escuches mi voz.

Ningún hombre ha pasado de nuestra isla a bordo de su negra nave sin escuchar nuestra dulce voz, sino que se han alejado llenos de alegría y sabiendo muchas cosas (…) 

Decidme sirenas ¿por qué razón tenéis alas y pies como los pájaros?

Sin embargo, por la cara y por la voz podéis parecer vírgenes hermosas (…)

Vuestras voces fueron escuchadas y al momento vuestros cuerpos se llenaron de plumas, pero no fuisteis privadas de la más bella voz del mundo y la seguís conservando con todo el resplandor de vuestra belleza”.

Lo que, a través del Mito, Ovidio está exponiendo sobre un dilema moral, la dualidad humana, en especial sobre el tema de la tentación humana y de la necesaria resistencia a la misma, así como las consecuencias de ceder a los deseos prohibidos.

Así como Homero y Ovidio nos han legado Las Sirenas, para su mejor comprensión recurrimos a especialistas en el tema como lo son Laura Rodríguez en “Las Sirenas” (2.009) de la Universidad Complutense de Madrid, e igualmente Alberto Gálvez Giménez, en “La figura de la femme fatale clásica en la pintura de los siglos XIX y XX”, (2.014) de la Universidad Politécnica de Valencia.

El arte clásico ha representado a Las Sirenas como una mujer hermosa y seductora, en una dualidad entre la seducción y el peligro, reflejando hacia los hombres.

En la Edad Media las sirenas seguían eran representadas como cuerpo de mujer seductora con mitad de cuerpo humano femenino y cola de pez, hermosos y seductores, peligrosos y haciendo pecaminoso y prohibido el ceder a sus encantos. asociándolas con el demonio, la tentación y el engaño.

Una obra medieval, sobre el tema lo es el “Libellus de Natura Animalium”, de finales de la Edad Media, y toma a las sirenas como criaturas marinas, y bajo una imposición cristiana como sexualizadas, pecaminosas, mujeres demoniacas del deseo, y en La Divina Comedia de Dante las sirenas aparecen seduciendo al poeta.

“De ahí que debamos entender, por las sirenas, los placeres mundanos y las diferentes vanidades, que cantan tan dulcemente, que por su suavidad se duermen muchos hombres sensuales.

Pero los navegantes cautos y prudentes, que no quieren oír las voces de las sirenas, se tapan los oídos con cera, es decir, con palabras santísimas y honestas, con buenas acciones y con virtud”.

El Renacimiento y El Nacimiento de Venus.

La percepción de Las Sirenas va cambiando acorde a las épocas y a sus influencias, y así de la visión mitológica pasa en la opaca Edad Media a la de una bestial figura marina con cuerpo demoniaco de mujer, seductora y tentadora, atento a los parámetros represivos cristianos.

Posteriormente, con el Renacimiento, en ese “Renacer” toma a las sirenas, en un romanticismo, como un símbolo de la belleza femenina, y especialmente con una apariencia sexualizada, y así lo es en la obra de Sandro Botticelli, en “El nacimiento de Venus

Otras Sirenas.

Entre muchas obras que se han realizado sobre este tema, pueden destacarse las obras de varios pintores británico de la época victoriana como John William Waterhouse (1.849 – 1.917) en “La Sirena” que es la imagen que se reproduce.

Otros artistas lo son igualmente británicos y victorianos, Herbert James Draper (1.863 – 1.920) que es quien representa la escena de Ulises y las sirenas, vistas como mujeres peligrosas, y John Collier. (1.850 – 1.924), Knut Ekwall. pintor sueco (1843 – 1.912) // el pintor francés, Charles Edouard Boutibonne. (1.816 – 1.897) y Lord Frederick Leighton. Con “El pescador y la sirena” (1858) que se reproduce:

Otras imágenes representativas de la sexualidad y encanto de las sirenas lo apreciamos en las siguientes imágenes, una de ellas la del del artista Charles Edouard Boutibonne (1.821 – 1.900) Las sirenas en el mar. (1.883)

Una ultima imagen lo es del ya visto John William Waterhouse: que muestra a la sirena seduciendo a un marino naufrago, siempre mostrándose sexualizada y tentadora aun habiendo pasado de una percepción medieval pecaminosa.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Carrito de compras
🛒 0